
Vivimos en una sociedad donde todo va rápido, incluida nuestra forma de comer. La falta de tiempo, el estrés y la comodidad han hecho que los alimentos ultraprocesados se cuelen en nuestro día a día casi sin darnos cuenta: Bollería industrial, snacks salados, cereales azucarados, galletas, refrescos, embutidos, salsas preparadas o platos precocinados. Estamos rodeados de estos productos cómodos, sabrosos y aparentemente inofensivos, pero que en realidad están muy lejos de nutrirnos. ¿Te suenan?
¿El problema? Estos productos están diseñados para gustar, pero no para nutrir. Y su consumo habitual tiene un impacto directo en nuestra salud física y emocional. En España, cerca del 33% de las calorías que consumimos a diario provienen de este tipo de productos. Y esto, a la larga, tiene consecuencias.
¿POR QUÉ REDUCIR LOS ULTRAPROCESADOS?
La evidencia científica es clara: un consumo elevado de estos productos se asocia con:
- Aumento de peso y obesidad.
- Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
- Alteraciones digestivas, fatiga e inflamación.
- Cambios de humor, ansiedad, baja energía y dificultades de concentración.
Y más allá de las consecuencias físicas, muchas mujeres sienten que han perdido el control sobre su forma de comer. Aparecen la culpa, la frustración y la desconexión con su cuerpo. Por eso, reducir ultraprocesados no es solo una mejora nutricional, es una reconexión con tu bienestar.
RECOMENDACIONES CLAVE PARA EMPEZAR A CAMBIAR TUS HÁBITOS
La buena noticia es que siempre estamos a tiempo de cambiar.
Reducir ultraprocesados no significa hacer una dieta restrictiva o aburrida. Se trata de volver a lo esencial, reconectar con lo que tu cuerpo necesita y hacerlo poco a poco, con sentido común.
Cambiar de hábitos: recomendaciones prácticas para lograrlo
No necesitas cambiar toda tu alimentación en una semana. El secreto está en hacer pequeños ajustes consistentes, sin sentir que estás “a dieta”. Aquí tienes una guía clara para empezar:
1. Haz la compra con conciencia 🛒

- Planifica tus comidas y escribe una lista antes de ir al supermercado.
- Prioriza alimentos frescos y reales: frutas, verduras, huevos, legumbres, pescado, frutos secos, yogur natural, pan integral…
- Evita comprar productos con etiquetas largas o ingredientes que no reconoces.
- Evita los pasillos de ultraprocesados.
- Un truco: compra en mercados locales o en la sección de frescos. Cuanto menos empaquetado, mejor.
2. Cocina sencilla, pero natural 🍳

- Cocina más en casa. No hace falta ser chef.
- No necesitas recetas elaboradas. Recetas simples con ingredientes naturales son más nutritivas y sabrosas. Yo te ofrezco muchas opciones en mis Redes. A veces, una ensalada completa, unas verduras salteadas o un hummus casero con pan integral son más que suficientes.
- Prepara más cantidad cuando cocines y guarda porciones para otro día (batch cooking).
- Ten básicos en tu despensa: legumbres cocidas, arroz integral, frutos secos, huevos, yogur natural, fruta, semillas…
3. Lee etiquetas (y aprende a decir no) 📦

- Cuanto más larga e incomprensible la lista de ingredientes, más probable es que no lo necesites. Evita productos con más de 5 ingredientes, o con nombres que no son alimentos: glutamato, jarabe de glucosa, maltodextrina, etc.
- Mucho ojo con los “productos light”, “bajos en grasa” o “fit”: muchas veces llevan más azúcares o aditivos para compensar.
4. Ten snacks saludables a mano 🥕

- Si tienes opciones reales, no caerás en lo fácil. Algunas ideas:
- Fruta fresca o deshidratada sin azúcar
- Yogur natural con semillas y fruta
- Tostadas integrales con aguacate
- Hummus con zanahoria
- Bolitas caseras de dátil y avena
- Lleva siempre algo contigo si sabes que vas a pasar muchas horas fuera.
5. Anticípate a los momentos críticos ⏱
- La tarde, el trabajo, el estrés, el hambre emocional… no esperes a estar desesperada para decidir qué comer.
- Si planificas tus comidas o al menos tienes opciones preparadas, evitarás caer en lo que haya a mano (que suele ser ultraprocesado).
6. Come con atención plena 🧠

- Pregúntate antes de comer: ¿tengo hambre real o es cansancio, aburrimiento o ansiedad?
- Intenta comer sentada, sin pantallas y prestando atención a lo que comes.
- Mastica bien, saborea, conecta. Esto también es salud.
¿Y SI NO PUEDO HACERLO SOL@?
Muchas veces sabemos lo que no queremos, pero nos cuesta poner en práctica los cambios. Aquí es donde un buen programa de coaching nutricional marca la diferencia. Es conveniente realizar cambios progresivos.
No se trata solo de decirte qué comer, sino de acompañarte en el proceso de transformar tus hábitos de forma realista y duradera.
¿Cómo te ayuda un programa de coaching?
- Te guía paso a paso para salir del piloto automático y tomar decisiones conscientes. Te guía para sustituir alimentos y rutinas sin frustración ni culpa.
- Te ayuda a identificar patrones que te alejan de tus objetivos.
- Te ofrece ideas adaptadas a tu realidad: horarios, gustos, familia, nivel de cocina…
- Te da herramientas para organizarte mejor: desde cómo planificar menús hasta hacer la compra o leer etiquetas, cocinar y comer con más consciencia.
- Trabaja contigo tus bloqueos emocionales con la comida: culpa, ansiedad, necesidad de control o de recompensa.
- Te acompaña para que no te sientas sola en el proceso.
- Y lo más importante: te apoya para que te sientas capaz de cuidar de ti y mantenerlo en el tiempo.
Un buen programa no es solo nutrición. Es acompañamiento, motivación y transformación personal.
¿POR DÓNDE EMPEZAR?
Si sientes que te gustaría dejar de depender de productos procesados, ganar energía, digerir mejor, recuperar tu peso saludable o simplemente sentirte mejor contigo mism@, estás a tiempo.
Mi programa de coaching nutricional está diseñado para mujeres que quieren cuidarse sin dietas, desde el respeto y la conciencia. No estás sola, y no necesitas hacerlo perfecto. Solo necesitas empezar.
En mi programa de coaching nutricional trabajamos junt@s durante varias semanas para que:
- Aprendas a alimentarte de forma más natural y equilibrada.
- Te sientas acompañada y motivada.
- Integres los nuevos hábitos en tu vida real, sin dietas estrictas ni sacrificios imposibles.
Cuidarte no es una obligación. Es una forma de mimarte.
¿Quieres que lo hagamos juntas?
Escríbeme y te cuento cómo podemos empezar.
Si quieres realmente cuidarte y alimentarte equilibradamente sin consumir “ultraprocesados” te ofrezco el 𝗣𝗿𝗼𝗴𝗿𝗮𝗺𝗮 𝗖𝗢𝗔𝗖𝗛𝗜𝗡𝗚 𝗡𝗨𝗧𝗥𝗜𝗖𝗜𝗢𝗡𝗔𝗟 “COCINAMOS CONTIGO”. Conseguirás mejorar tus hábitos nutricionales sin restricciones.
¿Quieres que te ayude? Escríbeme.
Inscripciones: Te invito a una sesión de 𝗡𝗨𝗧𝗥𝗜𝗖𝗢𝗔𝗖𝗛 𝗱𝗲 𝗱𝗶𝗮𝗴𝗻𝗼́𝘀𝘁𝗶𝗰𝗼 𝗼𝗻𝗹𝗶𝗻𝗲 𝗚𝗥𝗔𝗧𝗜𝗦, reserva tu plaza en este link: https://ecomimarse.es/reserva-sesion/