Positivismo corporal frente a neutralidad corporal: Vamos a profundizar en cómo estos movimientos sociales están cambiando el prisma con el que la gente ve su cuerpo
Tu cuerpo es una máquina increíble y compleja. No obstante, muchas personas y, en particular, muchas mujeres, piensan a menudo de forma negativa en sus cuerpos. Desde las revistas hasta las redes sociales, pasando por cada cartel de la calle o película, nos bombardean constantemente con imágenes de “”cuerpos fit” con y estándares de belleza poco realistas que nos presionan a forzar sus cuerpos con objetivos inalcanzables.
Este fenómeno negativo ha dado lugar a dos escuelas de pensamiento diferentes que proponen replantear por completo la forma en que pensamos en nuestro cuerpo: la POSITIVIDAD CORPORAL Y LA NEUTRALIDAD CORPORAL.
Hablemos de estos dos movimientos sociales y de cómo pueden remodelar tu relación con tu cuerpo y tu comprensión de lo que realmente significa estar sano.
POSITIVIDAD CORPORAL
La “positividad corporal” es un movimiento social que promueve la aceptación de cuerpos de todas las tallas. Uno de sus principales objetivos es cuestionar los cánones de belleza de la sociedad, que tienden a favorecer a los cuerpos delgados frente a los cuerpos gordos o no normativos.
Historia del movimiento de positividad corporal
El movimiento moderno de positividad corporal tiene sus raíces en el Movimiento de Aceptación de la Grasa de la década de 1960, que comenzó como un medio para poner fin a la vergüenza de la gordura y crear un espacio para los cuerpos marginados. Más tarde, la era de Internet de principios de la década de 2000 permitió a los activistas gordos aumentar su visibilidad y promover la positividad corporal a una escala mucho más amplia e interseccional. Estos esfuerzos fueron a menudo encabezados por comunidades LGTBI (Libertad lesbiana, gay, bisexual, transgénero y homosexuales) también, en muchas ocasiones, marginados.
Qué se combate
La positividad trata de combatir aquellas actitudes de muchas personas misóginas y gordofóbicas que, con argumentos poco sinceros, tratan de enmascarar su odio hacia las personas gordas. Con argumentos tales como: “¡Sólo me preocupa su salud!” se critica a las personas que no encajan en el ideal de delgadez. Esta táctica se conoce como “concern trolling” que significa oponerse a una idea o punto de vista aparentando ser un defensor de esta. Es evidente, por tanto, que los que utilizan esta táctica no se preocupan realmente por la salud de las personas a las que critican, simplemente utilizan este argumento como herramienta para ocultar su incomodidad con los cuerpos más grandes.
En última instancia, es simplista concluir que tener sobrepeso equivale automáticamente a no estar sano, y corresponde a los profesionales de la salud (y no a los trolls de Internet) dirigir los debates sobre el peso y el bienestar.
Cómo puede ayudarte la positividad corporal
En primer lugar, el movimiento a favor de la positividad corporal ha contribuido a que muchas personas se sientan vistas, valoradas y dignas, aunque no sean tan delgadas y/o sin discapacidad como dictan los cánones de belleza actuales.
Uno de sus efectos más poderosos ha sido aumentar la exposición de la sociedad a diferentes tipos de cuerpos a través de diversos medios de comunicación. Hoy en día, puedes encontrar mucha positividad corporal en las redes sociales, a través de hashtags como #BodyPositivity y #BoPo, que pretenden celebrar los cuerpos de todos los tamaños, formas y colores. Esta presencia es esencial, ya que las redes sociales, especialmente las plataformas basadas en imágenes como Instagram, tienen un efecto obvio y bien documentado en la forma en que las personas entienden los cánones de belleza y ven su propia imagen corporal.
Esta mayor exposición ayuda a normalizar diferentes tipos de cuerpos y tiene un gran efecto dominó en los estándares sociales en general. Así lo ilustra un estudio realizado en 2021, según el cual la percepción del “tipo de cuerpo ideal” dependía de los cuerpos que se observaban. A los participantes en el estudio se les expusieron imágenes de varios cuerpos y se les indicó que eligieran los más parecidos a su “cuerpo ideal”. Cuando a los participantes se les presentaban conjuntos de cuerpos más grandes, era más probable que eligieran un peso medio como cuerpo ideal que los que veían conjuntos de cuerpos más pequeños.
La conclusión más importante de este estudio es que la talla corporal ideal no está grabada en piedra y puede modificarse con una mayor exposición a tipos de cuerpo más diversos.
A nivel individual, el movimiento de positividad corporal puede ayudar a las personas a mejorar su propia autopercepción, lo que podría ayudar a combatir la baja autoestima y problemas como la alimentación desordenada.
Críticas al movimiento de positividad corporal
Aunque a primera vista el positivismo corporal suena bien, sus detractores dicen que tiene sus inconvenientes.
- En primer lugar, un problema común es que la interpretación moderna del movimiento ha cambiado tanto a lo largo de los años que ya no es tan inclusivo como podría ser. Aunque las personas negras, homosexuales y con discapacidad desempeñaron un papel fundamental a la hora de llevar el movimiento de aceptación de la gordura a la era digital, estas comunidades marginadas no siempre están representadas en sus manifestaciones actuales en las redes sociales.
Aunque hashtags como #BodyPositivity y #BoPo se han disparado en popularidad, no muestran tanta diversidad e interseccionalidad como pretendían los fundadores originales del movimiento, lo que puede hacer que muchas personas marginadas se sientan excluidas de un movimiento que se suponía que debía beneficiarles.
- Además, también existe la preocupación de que los vendedores hayan “secuestrado” el movimiento de positividad corporal como medio para publicitar sus productos, algunos de los cuales son claramente problemáticos y contrarios a las creencias originales del movimiento.
Un ejemplo clave de esto es la posición que la familia de telerrealidad de las Kardashian ha adoptado sobre la positividad corporal. A menudo se ve a Kim Kardashian y a su familia pregonando ideas positivas para el cuerpo en las redes sociales, como animar a sus seguidores a abrazar sus curvas. Desgraciadamente, también promocionan productos como suplementos supresores del apetito y prendas moldeadoras, que parecen contradecir esos mensajes de “quiérete tal y como eres” o viendo cánones de belleza poco realistas.
- También está la cuestión de cómo la positividad corporal puede estimular la “positividad tóxica”, dejando a muchas personas luchando con sus emociones negativas y sentimientos de baja autoestima en una escala más silenciosa. Dado que la positividad corporal aboga por amar el cuerpo pase lo que pase, puede hacer que algunas personas entierren sus sentimientos negativos sobre sí mismas, en lugar de afrontarlos de forma saludable. Por ejemplo: otro estudio descubrió que las afirmaciones positivas sobre uno mismo ayudaban mucho a las personas que ya tenían una autoestima alta y creían realmente en ellas, pero hacían que las personas con una autoestima más baja se sintieran peor, ya que no creían realmente en lo que decían.
En otras palabras, la presión de mantenerse positivo sigue ejerciendo una enorme presión sobre la imagen corporal, y reprimir las emociones negativas en un esfuerzo por quererse a uno mismo en todo momento no sólo es poco realista sino perjudicial, en algunos casos.
- Por último, cabe mencionar la delgada línea que separa la positividad corporal de la salud. Si bien la positividad corporal puede tener un efecto beneficioso sobre la imagen que las personas tienen de sí mismas, también puede hacer que los profesionales de la medicina tengan dificultades para abordar los problemas reales que pueden derivarse de algunas elecciones dietéticas y de estilo de vida. Algunos críticos del movimiento de positividad corporal temen que la creciente aceptación y normalización de los cuerpos más grandes pueda ocultar las posibles consecuencias para la salud que pueden derivarse de un mayor peso corporal.
Esto no significa necesariamente que tener un tipo de cuerpo más grande de lo que dictan los cánones de belleza sociales vaya a ser automáticamente perjudicial para la salud. El riesgo de sufrir problemas de salud y comorbilidades es muy individual. Pueden cambiar en función de muchos factores diferentes.
NEUTRALIDAD CORPORAL
La neutralidad corporal es otro movimiento social que aboga por eliminar por completo el apariencia físico como parte de la autoestima de una persona. Recomienda centrarse más en cómo uno se siente en su cuerpo y en lo que éste puede hacer, que en el aspecto que tenga en un momento dado. La neutralidad corporal busca que las personas acepten su propio cuerpo tal cual es, sin sentir la obligación de cultivar amor hacia él en todo momento.
Esto significa encontrar la satisfacción con el cuerpo a partir de sus funciones: desde la fortaleza de los músculos, de los huesos, la protección que nos da la piel, la dopamina que libera el cerebro… que cada parte de nosotros tiene una función más allá del aspecto físico. Se trata de una forma de ver qué hace el cuerpo por nosotros y qué podemos hacer nosotros por él.
Los orígenes de la neutralidad corporal
La idea de la neutralidad corporal es bastante nueva, sobre todo si la comparamos con la larga historia de la positividad corporal en todas sus diversas iteraciones a lo largo de los años. El concepto de “neutralidad corporal” realmente comenzó a despegar alrededor de 2016 y a menudo se le atribuye a Anne Poirier, una coach de imagen corporal que inició el Taller de Neutralidad Corporal en 2015. Desde entonces, la neutralidad corporal se ha convertido en una parte importante del debate sobre la imagen corporal, con celebridades como Jameela Jamil y Taylor Swift celebrando la neutralidad corporal en lugar de la positividad corporal.
Por qué la neutralidad corporal puede ayudarte
Una de las mejores ventajas de practicar la neutralidad corporal es que elimina gran parte de la presión que muchas personas sienten cuando se trata de su imagen corporal. De nuevo, aunque la idea de sentirse bien con el propio cuerpo sea cual sea la talla suele ser buena, sigue prestando una gran atención a la apariencia física y, en muchos sentidos, sigue cosificando a las personas y relacionando sus sentimientos de autoestima con su físico (aunque de un modo distinto a como lo harían los cánones de belleza convencionales).
La neutralidad corporal puede ser especialmente útil para las personas que históricamente han tenido una imagen pobre de sí mismas y baja autoestima. Al eliminar el aspecto físico de la ecuación, la neutralidad corporal te da espacio para aceptar tu cuerpo sin forzarte a adoptar inmediatamente una visión positiva de él, lo que puede resultar difícil si te han educado con ideales de belleza poco realistas, como ha ocurrido en el mundo occidental.
Dado que el movimiento de neutralidad corporal es bastante nuevo, aún no hay muchos estudios sobre sus efectos a largo plazo. Sin embargo, hay pruebas de que las intervenciones sanitarias centradas en los buenos hábitos, más que en la imagen corporal, pueden ser más eficaces a largo plazo. Un buen ejemplo de ello es la iniciativa Salud en todas las tallas- Health At Every Size (HAES), que se centra en animar a la gente a poner en práctica hábitos de vida saludables sin hacer de las dietas y el peso corporal el punto principal de la conversación. Los estudios han demostrado que las intervenciones de HAES pueden reducir la angustia psicológica que conllevan las dietas tradicionales y, al mismo tiempo, aumentar la forma física de los participantes. También hay pruebas de que las personas que participan en intervenciones del AEH pueden mantener estos cambios positivos de comportamiento durante más tiempo que las personas que participan en intervenciones dietéticas tradicionales.
Críticas a la neutralidad corporal
Ver su cuerpo a través de la lente de la neutralidad corporal (en otras palabras, no pensar realmente en su cuerpo en absoluto) puede eliminar parte de la presión que muchas personas sienten por ser positivas con su cuerpo. Pero la neutralidad corporal puede plantear algunos de los mismos problemas que el movimiento de positividad corporal: en concreto, puede llevar a ignorar las implicaciones para la salud del sobrepeso o la obesidad.
Aunque alejarse de los “estilos de vida dietéticos” y utilizar enfoques diferentes como HAES puede conducir a mejores resultados psicológicos y buenos hábitos a largo plazo frente a los enfoques dietéticos tradicionales, los estudios también demuestran que tampoco produce cambios significativos en la masa corporal. Por supuesto, para empezar, este no es el objetivo final de los enfoques de neutralidad corporal. Pero los investigadores llevan mucho tiempo demostrando que, para las personas con un IMC elevado, incluso una modesta pérdida de peso de entre el 5 y el 10% del peso corporal se asocia a una serie de mejoras en enfermedades crónicas como la hipertensión y el colesterol. Esto hace que a algunos críticos les preocupe que el enfoque de la neutralidad corporal en realidad esté ocultando soluciones probadas para problemas de salud crónicos.
Practicar la positividad corporal frente a la neutralidad corporal
Para resumir, las principales diferencias entre la positividad y la neutralidad corporales: la positividad corporal te anima a sentirte guapa y a amar tu cuerpo sea cual sea tu talla, mientras que la neutralidad corporal se centra más en cómo te hacen sentir tus hábitos diarios que en tu aspecto físico.
Para entender mejor las diferencias entre ambas, comparemos las prácticas de positividad corporal y neutralidad corporal.
Por ejemplo:
Alguien que practica activamente la positividad corporal puede mirarse al espejo y afirmarse positivamente que su cuerpo es bello. Puede resaltar las cualidades físicas que realmente le gustan de sí mismo y desafiar activamente los ideales de belleza eurocéntricos, heteronormativos, de personas sin discapacidad, de clase alta y delgadas.
Mientras tanto, alguien que practica la neutralidad corporal no se centraría en absoluto en la imagen del espejo, sino en cómo se siente día a día. Se fijaría objetivos de forma física basados en el rendimiento, no en los cambios físicos, y practicaría la alimentación intuitiva en lugar de contar calorías.
¿Debo practicar la positividad corporal o la neutralidad corporal?
En resumidas cuentas: La respuesta es breve “Ni la positividad ni la neutralidad son mejores, ni una es mejor que la otra.”
Ambas escuelas de pensamiento tienen sus ventajas, sobre todo cuando se trata de luchar contra la cosificación, contrarrestar los cánones de belleza actuales y eliminar la vergüenza y el estigma que pueden sentir las personas que tienen cuerpos que se salen del ideal de delgadez.
Así que, en última instancia, elegir entre la positividad corporal y la neutralidad corporal se reduce a lo que funciona mejor para ti y a cómo te sientes con respecto a tu imagen corporal.
Independientemente de cómo te veas a ti mismo, es importante recordar que existe un delicado equilibrio entre la gestión de la autoestima y el cuidado de la salud. Ambos movimientos desvían la atención de las dietas y de una obsesión malsana por la báscula, pero es recomendable seguir atendiendo periódicamente parámetros de salud como la composición corporal y los análisis de sangre para saber qué ocurre bajo la superficie y poder hacer cambios proactivos en tu estilo de vida cuando sea necesario.
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