En la actualidad el control y regulación del peso está muy influenciado por los medios de comunicación y las Redes Sociales.
Esto ha favorecido la proliferación de métodos y dietas para adelgazar de forma indiscriminada. Bajar peso comiendo de todo, de forma rápida y sin grandes sacrificios son promesas frecuentes que se hacen sin tener en cuenta que algunas de estas dietas pueden ser especialmente peligrosas para la salud e ineficaces para el mantenimiento del peso a largo plazo.
Hoy por hoy no existe ningún método que nos permita adelgazar sin esfuerzo y en tiempo récord.
Entre los errores detectados en estas dietas destacamos:
Realizar la dieta por un tiempo determinado y no cambiar los hábitos alimentarios.
Si no modificas los hábitos de tu forma de alimentarte difícilmente podrás mantener cambios estables en el tiempo. Es aprender a nutrirte de forma equilibrada, variada y con los nutrientes que tu cuerpo necesita.
Restringir mucho las calorías.
Las dietas muy hipocalóricas suelen ser muy desequilibradas y producen déficits importantes de las calorías y nutrientes imprescindibles en el desarrollo de las funciones vitales del organismo. El organismo se adapta a periodos de carestía, de tal forma que cada vez es más difícil perder peso. El resultado es que en cuanto se aumenta un poco la ingesta calórica, se vuelve a recuperar el peso con más facilidad.
Las dietas disociativas.
En las que se aconseja no combinar alimentos, y las que indican que algunos de los alimentos se pueden tomar a una hora y no en otro momento son erróneas, ya que establecen limitaciones en el consumo de alimentos y como consecuencia de calorías y de algunos nutrientes.
Las dietas excluyentes.
Tienen como base teórica el que existen diferentes digestiones para proteínas, hidratos de carbono y grasas, indicando equivocadamente que estos tres componentes no pueden ser digeridos a la vez, y dando a cada alimento una característica especifica por su contenido mayoritario en algún nutriente y sin tener en cuenta los demás. Por ejemplo, al pan lo consideran hidrato de carbono sin tener en cuenta que también tiene proteínas.
El temor a los hidratos de carbono.
Pan, pasta, arroz, pensando que es lo primero que hay que eliminar cuando se intenta perder peso es equivocado, los hidratos de carbono aportan menos calorías que las grasas y se toman en cantidad inferior a la que sería recomendable (en una alimentación encaminada a mantener la salud y el peso.
Los productos «light» no están libres de calorías y «no adelgazan«.
Aumentar el consumo de este tipo de alimentos puede ser un error y llevar a tomar más calorías de las que se hubieran ingerido tomando cantidades moderadas de un producto «no light».
Recurrir a alimentos de alta densidad calórica, como las barritas energéticas.
De nada sirve hacer ejercicio, si luego reponemos fuerzas ingiriendo tantas calorías como las que hayas quemado.
No tener motivación.
Haz una lista de lo que es importante para ti así te mantienes motivado y concentrado, ya sea que se trate de tus próximas vacaciones o de lograr una mejor salud general. Luego, fíjate cómo puedes recurrir a los factores que te motivan durante los momentos de bajón y tentación.
Las falsas creencias de compuestos que hacen perder peso.
Esos productos no existen, pese a que hay toda una industria que se basa en productos que supuestamente los contienen. Los más populares “quemadores de grasa” son la carnitina, el té verde o la cafeína. En muchos casos, puede que te sientas tentado a comer de más y acompañar esta ingesta con un alimento o bebida “para adelgazar” o para “elevar el colesterol bueno”. Estas ideas falsas solo ocasionan mayores desequilibrios y fomentan hábitos perjudiciales.
Cuidar el ambiente que te rodea.
El término “ambiente obesogénico” y lo definió el profesor Boyd Swinburn como la suma de factores externos que favorecen la aparición de este problema. Entre ellos, destacan la exposición a la publicidad de alimentos ultra procesados, bebidas con azúcar o comidas rápidas, la necesidad de pasar mucho tiempo en actividades sedentarias y las dificultades para hacer ejercicio.
Todas las estrategias te pueden llevar a adelgazar, pero no siempre desde la evidencia científica, el más elemental sentido común y la mejora y conservación de la salud a largo plazo. Bajar de peso sin el debido asesoramiento corre el riesgo de dar por hecho cosas equivocadas que a medio plazo descompensan nuestro organismo y ponen en riesgo nuestra salud.
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